Dra. Mila Cahue

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Artículo: ¿Podemos detectar al mentiroso?


¿Es fácil detectar la mentira o al mentiroso? Parece ser que no tanto, según afirma un estudio dirigido por la Dra. DePaulo de la Universidad de California.  Durante años se ha barajado la hipótesis de que el lenguaje corporal nos daba mucha información para poder detectar a quien no estaba diciendo la verdad. La creencia arraigada de que el mentiroso no es capaz de mirar a los ojos o sentarse erguido no ayuda, según este estudio, a desvelar si alguien nos está engañando.

La investigación, sin embargo, revela que somos más hábiles detectando las mentiras que escuchamos frente a lasmentiras que vemos. Es decir, nuestra vista es menos acertada que nuestro oído a la hora de ponernos alerta frente a un manipulador.

Las estrategias que se pueden utilizar serían:

–       coger al mentiroso desprevenido, pedirle explicaciones inmediatamente. El objetivo es que no pueda preparar su discurso;

–       pedirle que repita la misma explicación varias veces; probablemente caerá en contradicciones;

–       fijarse en su discurso: suelen dar pocos detalles sobre el evento, no resulta completamente comprensible y, en algunos casos, se desvían de la lógica;

–       mantenerse alerta si se percibe nerviosismo y si la persona levanta el tono de voz.

En general, se llega a la conclusión de que uno no puede sentirse seguro de ser capaz de descubrir a un potencial mentiroso. ¿Por qué? Ni si quiera la policía, los psiquiatras o los jueces, habituados por sus trabajos a este tipo de patrón de personalidad, mejoran su capacidad, ni la natural ni la adquirida por la experiencia. Es decir, les pueden engañar igual que al resto de los mortales.

¿Qué nos queda entonces? Realmente, descubrir a un mentiroso no depende tanto de nuestra habilidad para detectarlo, sino del grado de maestría que tenga el impostor para ocultar la verdad. Lo mismo que ocurre con los grandes prestidigitadores. Aunque sepamos que nos están engañando, si están bien entrenados, no seremos capaces de ver cómo lo están haciendo. ¡Qué no nos tragaremos cuando se nos está vendiendo el truco como una verdad incuestionable!

Para más información ver el artículo “La Mentira”, en la revista Mente y Cerebro, nª 47/2011.

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