Parece que ya vamos aceptando cada vez más que las parejas se vayan conociendo y formando a partir de haberse conectado a Internet, y a los distintos portales donde se puede conocer gente con intereses comunes.
Algo que Internet facilita es localizar a similares a nosotros. ¿Qué soy venezolano viviendo en Alemania y busco venezolana? Pues la busco en Internet. De la misma nacionalidad y viviendo en la misma zona. ¿Qué soy amante de los caballos y ya he cumplido los cincuenta? Pues busco a alguien con las mismas aficiones y de edad similar. ¿Dónde? Pues en la red.
Con la ventaja de que, cada vez más, la forma de comunicarse y de contactar es más sencilla y más clara. Al principio, el propio manejo de los ordenadores y de las páginas web eran el coto de los entendidos, y al resto de los mortales nos parecía complicadísimo, no ya conocer a gente, sino simplemente navegar por la red. Ahora todo eso ha cambiado, e Internet se ha convertido en un medio sencillo, rápido y seguro, si se tienen las precauciones necesarias.
Para las personas que viven en lugares pequeños y poco poblados, Internet les facilita abrirse a mucha gente que difícilmente tendrían oportunidad de encontrar en toda su vida. Aunque en muchos casos se trate de amistades virtuales, e incluso de relaciones via chat o web cam, son un aliciente que a nivel emocional proporcionan todo un abanico de experiencias que merece la pena vivir en algún momento. Otras llegan más allá y consiguen consolidarse físicamente. Como tantos otros inventos, esto podría ser prácticamente magia, pero es una realidad constatable de la época en la que estamos viviendo y que no hay razón para desaprovechar.
Por otro lado, están aquellos que viven en grandes y sobrepobladas ciudades, en las que apenas se tiene tiempo para conocer gente, y el trabajo y el cansancio ocupan la mayor parte de sus energías. Para ellos, llegar a casa tarde, tomar una ducha, cenar y poder charlar un rato con posibles candidatos o candidatas es, sin duda, la mejor manera de relacionarse, la más sencilla y la más asequible en todos los sentidos. Se puede socializar, ligar, desconectar y marcharse a la cama. No se pierde tiempo, ni se gasta dinero y todo ello redunda en el buen humor y en la forma de relacionarse, cuando se tiene oportunidad de hacerlo.
Para los que argumentan que parece una venta por catálogo o una feria de ganado, simplemente nos cuestionamos: ¿no nos gusta (o gustaría) a todos elegir las características de la persona con la que queremos pasar el resto de nuestra vida, o al menos vivir momentos apasionantes?¿no lo hacemos acaso cuando fantaseamos sobre esta posibilidad? Y el instrumento que hace posible esta fantasía es, precisamente, Internet. Sí, podemos buscar con todo detalle lo que queremos. Lo que no se garantiza es cuánto tiempo se tardará en conseguir. Algunos tienen suerte o son muy hábiles y lo consiguen relativamente pronto. También lo han conseguido otros usuarios que han preferido perseverar hasta encontrar lo que buscaban. Elegimos a la carta, y nos eligen de la misma manera. Esa es la realidad desprovista de cuentos de hadas y de ideas falsas sobre el amor.
De los muchos aspectos en los que Internet nos ha facilitado la vida, desde luego el amor y las relaciones está entre los primeros puestos. Sí, Internet nos facilita encontrar el amor. Por eso acudimos a la red para encontrarlo. Muchos ya lo han hecho. Y si eres de los que todavía miran de reojo a la pantalla, familiarízate con el medio y, no dejes de intentar lo que, desde el fondo de tu corazón, anhelas con más intensidad.
Colaboración de Mila Cahue para MeeticAffinity