Dra. Mila Cahue

Bienvenidos a mi página web profesional/Welcome to my professional webpage

El Amor… algo muy natural


¿Todavía no conoces esta técnica para ligar?¿O esta otra para hacer el amor?¿Sabes cómo conseguir pareja y mantenerla?¿Has probado las últimas herramientas mentales para proyectarte en positivo y conseguir que aparezca esa persona de tu vida?  Etc, etc, etc. Y, en el fondo, nos preguntamos ¿pero es tan difícil esto de tener una relación un poco normal? Somos muchos los expertos, desde distintos ámbitos de la ciencia, que estamos dando pautas, estrategias, incluso “trucos” que tienen como objetivo facilitar el acceso y el desarrollo de una relación afectiva satisfactoria.

Y, con toda su buena voluntad, son muchas las personas que se aplican al máximo poniendo en práctica todas y cada una de nuestras sugerencias, a veces sin conseguir los resultados que se proponen.

Es posible que el punto de partida se nos escape de las manos, quizás por ser tan obvio que lo damos por sentado. El amor es, primero, una experiencia; segundo, una actitud; tercero, un acto de voluntad; y, por último, una práctica.  Para éste último aspecto del amor, tenemos múltiples manuales con terminologías muy variadas. Por eso, ahora, vamos a centrarnos de nuevo en el punto de partida.

El amor como experiencia.  No podemos hablar de amor dejando a un lado el sentimiento.  El amor es una de las sensaciones más placenteras que se pueden experimentar. No es extraño que lo busquemos con tanta inquietud y, a veces, hasta ansiedad. Tampoco lo es el hecho de que provoque algo parecido a la adicción, y a esos enganches irracionales que tanto hacen sufrir a quien no cuenta con herramientas para saber gestionar un desamor. Pero el amor es, ante todo, una experiencia placentera, que nos hace sentir satisfechos, en paz, generosos, y pletóricos. Cuando alguien está enamorado aumenta su creatividad, su iniciativa, su ilusión, su afán de crecer y de hacer algo más.  ¿Cómo describir esa emoción de una manera racional, metodológica y práctica? Los estantes están llenos de literatura científica, romántica y filosófica que difícilmente pueden sustituir a la experiencia subjetiva.

El amor como actitud. Hay gente que se levanta por las mañanas preguntándose directamente de quién es la culpa de lo que sea, y otras reciben el día con una gran sonrisa, y abiertas a disfrutar de todo lo bueno que pueda ocurrir en las siguientes horas. La actitud implica una toma de decisión personal sobre cómo se va a afrontar la vida, o de cómo se quiere ser, en general. El mal humor, el mal carácter, la agresividad activa y pasiva tienen consecuencias destructivas que perjudican, principalmente, a quien las genera y, luego, como consecuencia, a quien las padece. Son lo contrario a una conducta amorosa, que suele tener como resultado procesos de crecimiento, de fluidez, de aceptación y de armonía, primero con uno mismo, y luego con su entorno. Somos libres de elegir lo que buenamente nos apetezca, pero somos esclavos de las consecuencias de esas elecciones.

El amor como un acto de voluntad. Mucha gente piensa que las parejas que duran muchos años y están enamoradas, han tenido mucha suerte y la vida les ha puesto delante a alguien a quien aguantar fácilmente. Cualquier relación necesita sus periodos de ajuste por ambas partes, sus encuentros y desencuentros, y sus alejamientos y reencuentros. Un terapeuta me confesó un dia su pequeño truco personal: cada mañana, tanto su mujer como él, se preguntaban: ¿hoy quiero estar con esta persona a mi lado? Durante los 37 años que llevaban casados la respuesta fue siempre afirmativa. Ambos habían llegado al acuerdo de que, si alguno de los dos decidía no seguir, el otro lo aceptaría. Pero esa decisión matinal hacía que se activasen para el resto de la jornada pequeños detalles y gestos que confirmaban la decisión que se había tomado a primera hora.

Por último vendrían las técnicas, pero éstas son solamente una parte muy pequeña que complementa al sentimiento, a la actitud vital y a la responsabilidad que tomamos, primero sobre nosotros mismos, y luego sobre aquello y aquellos que constituyen nuestra vida.

Colaboración de Mila Cahue para MeeticAffinity

A %d blogueros les gusta esto: