Dra. Mila Cahue

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Cómo identificar a un chantajista emocional para ser inmune a su influencia». Articulo para MujerHoy


Cómo identificar a un chantajista emocional para ser inmune a su influencia

  • Te quitan la energía, te entristecen, hacen que te sientas culpable y casi siempre consiguen que actúes como a ellos les interesa y no como tú quieres. Si alguna vez has tenido cerca a un o a una chantajista emocional, esto te interesa. Seis expertos nos ayudan a identificar las características de este tipo de personas y nos enseñan a protegernos de su influencia.
 

Chantajistas emocionales, manipuladores, personas tóxicas, vampiros energéticos… Podemos llamarles de mil y una maneras, pero en esencia son aquellas personas que tienen una habilidad especial para que actúes según su dictado. Aprender a identificarlos es el primer paso para escapar a su influencia. Te ayudamos siguiendo los consejos de seis expertos en psicología, coaching, inteligencia emocional y liderazgo. 

El perfil del chantajista emocional

No todos los puntos se dan en todos los casos, pero si identificas más de la mitad de estos comportamientos en una persona es probable que te encuentres ante un chantajista emocional.

1. Te conocen bien y lo utiliza. Su mensaje es claro, tal como afirma Enrique Jurado, experto en coaching y director de D’Arte Coaching: «Si no te comportas de la forma que a mí me gusta, vas a sufrir». Suelen ser personas cercanas (familiares, amigos o compañeros de trabajo) que juegan con nuestra complacencia y amistad siendo muy amables y ofreciéndote su ayuda. Así, el experto alerta de que este comportamiento esconde algo detrás: «Van a reprocharte cada pequeño gesto que han hecho por ti para sacarte hasta el último gramo de energía», explica, En muchos casos conocen tus vulnerabilidades, tus miedos y tus secretos y son capaces de usarlos si es necesario para conseguir que hagamos lo que ellos quieren. 

2. No tiene límites. «Intrusivos, dramáticos (desproporcionadamente), hipercríticos (contigo, jamás con ellos mismos), hiperexigentes (por encima de tus posibilidades), discutidores (hasta el infinito), insatisfechos crónicos (ni se te ocurra compartir con ellos unas vacaciones)», según la descripción de Elisa Agudo, entrenadora empresarial y fundadora de «¿Quién dijo imposible?». 

3. Son inteligentes y con habilidades sociales. Según explica Laura Chica, psicóloga y coach además de autora de ‘Pon un coach en tu vida’, son personas que a través de esa inteligencia y esa habilidad social han aprendido a conseguir lo que quieren beneficiándose de las debilidades del otro. 

4. Son volubles, no manejan bien el conflicto y siempre quieren ganar. Pasan de ensalzarte a hundirte en apenas unas horas, tal como señala Enrique Jurado y, en ocasiones, buscan hacerte culpable de sus desgracias y males. Básicamente quiere ganar: «Yo quiero lo que quiero y en el momento en que yo lo quiero». Y si no lo logra, es probable que tenga un enganche con la persona que le intenta poner los límites.

5. Son impacientes y pueden tener reacciones agresivas. La psicóloga Mila Cahúe, autora de los libros ‘Amor del bueno’ y ‘El cerebro feliz’, revela que son personas que suelen tener mucha prisa en que la otra persona se «enamore de ellos» o les encuentre fascinantes o que adquiera con ellos algún tipo de compromiso para el que apenas se tenga tiempo de reflexionar. «Si no se hacen las cosas como ellos quieren, suelen tener reacciones muy agresivas (al principio, verbales», detalla Cahúe.

6. Saben identificar los puntos débiles. Son expertos en detectar a las personas que saben poner límites, que son complacientes, influenciables y adaptables, según alerta la terapeuta de psicología energética Victoria Cadarso

Los efectos que provoca en ti

Cuando empezamos a experimentar una disonancia entre nuestro discurso (por ejemplo, quiero muchísimo a esa persona) y nuestra experiencia (mayor tristeza, nervios, irritabilidad, facetas negativas de uno mismo que desconocíamos y que nos hace sentirnos culpables), podemos empezar a preguntarnos si estamos siendo víctimas de una manipulación emocional, aconseja Mila Cahúe. 

La terapeuta Victoria Cadarso alerta de un aspecto interesante: «Cuando una persona se deja chantajear es porque, de alguna forma, le falta autoestima y esto quiere decir que no se valora lo suficiente, que cree que el otro tiene más poder y que quiere complacer al otro para no perder la relación». 

Tener cerca un chantajista emocional suele generar, como explica Laura Chica, desequilibrio, inseguridad y emociones tóxicas como la culpa, el miedo, la ansiedad o el rechazo. Además, tienden a conseguir que te sientas culpable, que acabes haciendo algo que no quieres o que no llegues a saber si lo que estás haciendo está bien o está mal. 

Ese sentimiento de culpa, según revela Elisa Agudo suele estar relacionado con nuestro pasado en común con esta persona o con lo que creemos deberle por lealtad o compañerismo o con la incertidumbre de que existen otras cosas que (real o aparentemente) esa persona nos proporciona a cambio.

A nivel físico también es posible detectar su influencia pues, según comenta Enrique Jurado,dolores de cabeza y de espalda son algunos de los avisos que nuestro cuerpo nos envía en forma de señal metafórica cuando hemos «vendido» parte de nuestra vida al chantajista. 

La parte ‘positiva’ es, según afirma Mila Cahúe, que aprenderemos muchas cosas de la experiencia pues junto a este tipo de personas se pierde la ingenuidad, pero se gana en madurez. 

Cómo escapar a su influencia

Una vez ‘detectado’ al chantajista emocional, hacemos un repaso de los principales consejos que proponen nuestros expertos para neutralizar su influencia sobre nosotros. 

– La asertividad, el poder personal, fijar los límites y la capacidad para no ceder ni dejarse llevar por amenazas y victimismos son los recursos que propone Enrique Jurado, quien explica que, si cedemos, estaremos poniedno en peligro nuestra salud física y psicológica y hará que esa persona reciba su «premio», que le llevará a usar de nuevo su estrategia: «petición/reproche» – presión – amenaza/cesión. 

– Nadie te va a chantajear si tú no te dejas, pero si dudas de ti mismo abrirás la puerta a este tipo de personas. Por eso, Victoria Cadarso, considera prioritario tomarse un tiempo para fortalecer nuestra autoestima. «Cuando nos sintamos a gusto con nosotros mismos nos relacionaremos mejor con las personas que nos quieren bien y evitaremos ser manipuladas por las que nos quieren mal y no nos quieren o simplemente quieren utilizarnos para sus fines». 

– La psicóloga Laura Chica anima a romper el ciclo «normal» dándole una respuesta que le desubique, buscar tu lugar escuchándote y buscando tu comodidad y tu bienestar, aprender a decir «no» porque, según explica, «por hacer siempre lo que otros te piden no te van a querer más y, lo que es aún más importante, no te vas a querer más». gestionar tu culpabilidad y, en vez de caer e ella, preguntarte por qué sientes eso, de dónde viene y para qué está ahí y, por último, «enamorarte de ti» pues, «si te conoces, te respetas, te das valor y te amas es probable que tengas el equilibrio suficiente para mantener alejados a los chantajistas emocionales de tu vida. 

– Decidir nuestra respuesta al chantajista emocional sin prisa, usando la técnica del «disco rayado» de modo que emitamos la misma respuesta (nuestra respuesta) independientemente de cómo nos hable o cómo actúe, es, según asegura Javier González, CEO de Magna Coaching, un síntoma de fortaleza y control emocional que aumenta nuestra autoestima. Otro de sus consejos es circunscribir todo a hechos concretos y medibles para eliminar el componente emocional y responder con nuestra mente racional.

– En el «manual del ex chantajeado» que propone Elisa Agudo (entre paréntesis figuran entrecomilladas sus acotaciones a cada punto) figuran recomendaciones como estas:

1. Escucha sus razones («cuéntale a esa persona que te está haciendo sentir bien o que vuestra relación te daña en un aspecto en concreto y espera a ver si se había dado cuenta y si comprendes sus motivos pero aclara después que no puedes asumir tus cargas porque no te corresponden»).

2. El chantajista no quiere que le ayudes a solucionar su problema, sino que quiere que se lo soluciones tú («con todo el respeto y empatía de la que seas capaz recomiéndale un buen terapeuta o coach pues si es un vampiro emocional rechazará la ayuda profesional y te enredará con lisonjas y cumplidos del tipo ‘¿Quién me va a ayudar mejor que tú?’. Así, la clave para detectar si te admira o te está toreando reside en comprobar si te están llegando señales contradictorias, como desazon o culpa»).

3. Busca alternativas… («a esa persona, a esa relación, al número de veces que tenéis que frecuentaros o a lo que necesites de él o ella»).

4. Valora las consecuencias («a veces tomar medidas puede ocasionarte algún disgusto por lo que debes plantearte qué ocurrirá si decides detener el abuso»).

5. Marca tus límites. («entrena la asertividad, expresa lo que necesitas y lo que no, un «no» pronunciado a tiempo puede ser el mejor remedio para que dejen de vampirizarte»).

​Y para terminar, una reflexión ‘extra’ que comparte Victoria Cadarso. Y es el hecho de que, en general, a las mujeres se les haya educado hasta hace poco en la dinámica de ceder, adaptarse y, de alguna manera, ser sumisas, pues en base a estas creencias la experta asegura que son más propensas a tener en cuenta las necesidades de los demás antes que las propias. «Esta sociedad recrimina a los llamados ‘egoístas’ pero realmente es crucial que aprendamos a ser independientes aunque luego queramos vivir interdependientemente, que no dependientemente», concluye.

Fuente:

http://www.mujerhoy.com/psico-sexo/vivir-positivo/como-identificar-chantajista-emocional-918321112015.html

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Esta entrada fue publicada en 04/12/2015 por en Cerebro Feliz y etiquetada con , .
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