Dra. Mila Cahue

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Artículo (MA): Los emails van bien: cuándo y cómo quedar por primera vez


Una vez que se ha iniciado el contacto con otras personas, habrá algunas con las que la comunicación fluya de forma fácil, con otras la cosa irá más lentamente, y también estarán aquéllas con las que todo se desarrollará especialmente bien. Con éstas últimas es muy probable que empiecen los contactos frecuentes, se hable en un tono de mayor confianza o incluso se intercambien los teléfonos y se mantengan algunas conversaciones telefónicas que irán confirmando que las cosas van cada vez mejor.

Cuando nos encontramos en este punto, nuestra recomendación es quedar cuanto antes, bien personalmente, bien vía webcam, pues se corre el riesgo de enamorarse de la forma de escribir, o del tono de voz o la forma de hablar del otro, es decir, de algunas de las características de esa persona, pero no de la persona en sí, como le ocurrió a Cecilia: “Los correos que nos escribíamos Nicolás y yo eran muy divertidos al principio. A los dos nos gustaba estudiar idiomas y creábamos frases en las que mezclábamos varios a la vez y también jugábamos con los sonidos en español. Me hacía sentir muy bien pues pasaba los momentos más divertidos del día leyendo sus correos. La verdad es que estaba empezando a gustarme bastante. Luego, a medida que íbamos cogiendo confianza, las comunicaciones eran a diario, en ocasiones varias veces, y decidimos intercambiarnos los teléfonos. Aunque vivíamos en la misma ciudad, ninguno de los dos proponía quedar, y comenzamos con largas conversaciones telefónicas, que hicieron que me sintiera completamente enamorada de la persona que había al otro lado del aparato. Tenía todos los síntomas: no dejaba de pensar en él durante el día, durante la noche, nos llamábamos y nos contábamos cómo nos había ido, pasaba las horas flotando en una burbuja y me sentía feliz. Pasaron así bastantes semanas, y cuando la cosa empezó a tomar un tono más íntimo decidimos quedar. Ese día estaba francamente nerviosa. Puse especial atención en mi forma de arreglarme y me encontraba bastante atractiva. ¿Qué ocurriría? Esperaba que todo fuese muy bien, pues con el nivel de comunicación que teníamos no se me ocurría nada que pudiese suponer un obstáculo. Él me había dicho que llevaría una cazadora de cuero y una camiseta roja para reconocerle. Cuando me iba acercando al lugar donde habíamos quedado, vi a un chico con esas características, pero algo en su físico empezó a desagradarme. Tenía el pelo grasiento y una barriguilla cervecera que sobresalía de la cazadora, pero aún así decidí que merecía la pena conocerle un poco más. No podía dejarme llevar por esa primera impresión. Nos saludamos, intentamos estar muy cordiales, pero no hubo nada de química. Luego nos acercamos a un pub para seguir hablando un poco y, a medida que avanzaba la conversación se me iba rompiendo el corazón en pedazos pues era consciente de que no me apetecía ni un poquito que Nicolás se acercase físicamente a mí, ni siquiera por accidente. Tengo la sensación que a él le pasó lo mismo, aunque no sé muy bien cuáles fueron sus razones, pero el hecho fue que después intercambiamos un par de correos más y luego perdimos la comunicación. Después de esa experiencia, decidí no dejar que la relación con un desconocido fuese tan lejos sin habernos conocido antes, pues me costó unos días desenamorarme del espejismo que yo solita me había creado en mi cabeza. Con los otros chicos fue más fácil. Quedábamos en seguida, y si nos caíamos bien, entonces estupendo, y si no, también, pues no había apenas implicaciones emocionales. Algunos de ellos son ahora buenos amigos míos. De hecho, uno de ellos fue quien me presentó a quien ahora es mi pareja. Llevo poco tiempo con él, pero sigo manteniendo contacto con otras personas de Meetic Affinity, porque estoy conociendo gente que es muy parecida a mí, y nunca se sabe…”

 Cecilia aprendió por su cuenta que es mejor quedar cuanto antes. Nuestra recomendación es que sea una cita corta, como para tomar un café, o desayunar, o algo que no dure más de una hora. Es el tiempo suficiente para, si vemos que no surge la química, aguantar educadamente una conversación y despedirse sin ofender ni sentirse ofendidos, pues esto no es necesario. No gustarse es tan lícito como gustarse, y forma parte del juego inicial, pero si alguien se sintiese inseguro sobre cómo afrontar este momento, nuestro equipo de apoyo telefónico puede dar algunas pautas para que se pase mejor este primer trago. El lugar puede ser una cafetería, o algún sitio donde se pueda hablar, como una exposición de la que se pueden ir haciendo comentarios sobre lo que se está viendo, etc.

 No nos olvidamos tampoco de algunas de las cosas que recomendamos no hacer en este primer encuentro:

 –       quedar sin hora de finalización, pues a veces se tienen tantas ganas de conocer a la otra persona, que estas primeras conversaciones pueden durar horas, muchas, en las que se habla más de lo que correspondería para una primera cita y para el nivel de conocimiento que tienen hasta ese momento las dos personas.

 –       les sugerimos que no hablen de parejas pasadas, pues si se está intentando construir una en la actualidad, lo que se haya vivido anteriormente es algo que tiene que haber dejado resuelto y cerrado cada uno por su parte. Más adelante, si la relación va bien, ya llegará el momento de hablar de temas más íntimos. Por el momento, es importante que la otra persona no se vaya con la impresión de haber estado con dieciocho personas, en vez de con una sola.

 –       No contar experiencias negativas anteriores. Ir de víctima no resulta muy atractivo, aunque algunas personas suelen triunfar con esta actitud, pero no nos parece la más adecuada para formar una relación sana. Por otro lado, seguir una conversación en tono negativo requiere mucha atención por parte de la otra persona, lo que le dejará con sensación del agotamiento, aparte de que al que la está contando le puede revolver recordar el pasado, por lo que el resultado de este primer encuentro puede no ser como nos habría gustado. Es mejor intentar ser uno mismo, en su parte más luminosa y atractiva. Ésta es una regla normal del juego.

 –       Si uno de los dos no se siente atraído por el otro, no molestarse ni sentirse  mal. Es mejor ir con la expectativa de que pueden ocurrir ambas cosas, gustar o no, de esta manera ni nos sentiremos ofendidos ni nos enfadaremos con la otra persona. Puede pasarle tanto a uno como a otro, por lo tanto, hagámoslo deportivamente.

 Si el encuentro ha resultado un éxito, el hecho de que la primera cita haya sido corta tiene además la ventaja de que apetezca más quedar de nuevo, y el tono de los correos y las llamadas puede ir cambiando mientras tanto, pero ya sabiendo quién es el interlocutor que está al otro lado.

 Mila Cahue para Meetic Affinity (…más consejos…)