En el mundo de Internet, como en el del día a día, no solamente miramos sino que también, nos guste o no, nos miran. Al registrarnos en un sitio web, no solamente estamos accediendo a perfiles de otras personas, sino que otras personas también están haciendo lo mismo con el nuestro para decidir si nos envían un mensaje o no. Por eso, rellenar un perfil no es poner cualquier cosa y ya está. Resulta mejor prestarle al menos tanta atención como cuando se sale algún día con intención de conocer a alguien. Eso dará a los demás la pauta del interés que tiene en que otros se le acerquen, según la consideración que haya puesto en ello. De alguna manera, también son indicativos de su aproximación al mundo de la pareja y de sus habilidades para desarrollar más adelante una relación.
Por lo tanto, empezaremos por el texto del anuncio. A falta de una primera imagen sobre cómo somos, los demás nos van a percibir por qué y cómo escribimos.
Respecto al cómo, cuidaremos tanto el fondo como la forma, es decir, procuraremos hacer frases hiladas, que tengan sentido, cuidando especialmente la ortografía y la gramática. No hace falta ser licenciado en filología (los que lo sean tendrán ahí una ventaja), sino simplemente se tratará de poner un poco de atención para que quien nos esté leyendo no tenga ganas de apartar la mirada del texto. Igual que no iríamos a un sitio a conocer gente llevando cada zapato de un color distinto, o sin haberse duchado y oliendo a sudor (porque sabemos que esa sería la primera impresión que se llevarían de nosotros), escribir textos mal redactados o con faltas de ortografía importantes, reconozcámoslo, echa para atrás.
Pero, ¿es tan importante esa primera impresión? Definitivamente, sí. Y no porque lo queramos nosotros, sino porque así funciona nuestro cerebro y su forma de percibir. Se tarda apenas unos segundos en formarse una primera idea sobre alguien, y se pueden tardar años en cambiarla. No siempre dependerá de nosotros pero, en la medida en que lo sea, asumiremos la responsabilidad de cuidarla. Y, honestamente, en las ensoñaciones con la pareja ideal ¿quién se adjudica a alguien sucio, chabacano o descuidado?
Pasaremos ahora a la parte de qué escribir. El perfil no será ni tan largo que resulte interminable; ni tan corto que quien nos lea no sepa prácticamente cómo sacar tema de conversación con nosotros; entre 10-15 líneas estará bien. Seremos concretos respecto a actividades que realizamos (esquí de fondo, fútbol sala, tenis de mesa, etc.); si nos gustan las películas de humor, por ejemplo, cuál es la última que se ha visto o la que más nos haya hecho reír; si cocinamos bien, cuál es nuestra especialidad o con qué menú hemos triunfado últimamente, etc.; podemos añadir alguna anécdota corta que nos haya ocurrido, o sobre nuestra vida; si se tiene sentido del humor, plasmarlo y, si no se tiene, intentar transmitir un tono lo más dinámico o positivo que se pueda.
Escribir también sobre lo que se quiere (salir a pasear, hacer viajes, leer junto a la chimenea, etc.); del tipo de relación que le gustaría (primero de amistad y luego ya se verá, sin convivencia, para toda la vida, etc.); cómo eres (tranquilo, inquieto, divertido, fiestero, casero, hablador, etc.) y qué tipo de persona buscas (ídem); de esos intereses especiales que no hayan quedado reflejados en las preguntas que proponemos, pero que te gustaría que otras personas conociesen, como por ejemplo, “en mi tiempo libre hago tatuajes a mis amigos”, o “en vez de un perro tengo un cerdito como mascota”. Esto provocará cierta sorpresa y atraerá la atención sobre tu perfil. Eso sí, sin mentir, gracias. El tiempo de los demás también es oro y no hay que hacérselo perder.
Y pasamos al tema de la foto. Normalmente se tiene la opción de ponerla visible para todos (mejor), o de enviarla previa petición de otros usuarios con los que se estén intercambiando correos (también bien). Cada uno elegirá con la que se sienta más cómodo en principio. Probablemente, a medida que uno se va familiarizando con el entorno de Internet, se va sintiendo menos intimidado por el hecho de ser visto.
Para los que sienten algo de reparo en poner su perfil en un sitio web, simplemente añadimos la siguiente reflexión: de verdad, ¿quién no quiere tener pareja (de la buena, claro)? Por lo tanto, ¿tiene algo de malo estar buscándola? Podemos relajarnos en este sentido porque en lo mejor que podemos estar invirtiendo nuestro tiempo y nuestra energía en este momento es en encontrar a alguien con quien merezca la pena estar cada día.
Es mejor, por lo tanto, poner la foto con una disposición positiva, pero no cualquier foto. Vamos a procurar que se nos vea bien, que se nos distinga y se nos pueda identificar como somos. No hace falta que se vean al milímetro ni tampoco las que son de estilo carné pero, si algún día se va a quedar con alguien, es preferible que nos haya puesto la cara correcta y que nos pueda identificar. Esto es mejor que tener que imaginarse al otro, pues finalmente se acaba creando según los criterios personales de asociación de rasgos, y finalmente nos puede llevar a sufrir alguna decepción posterior. En este sentido, evitaremos fotos en las que aparezcamos con gorros, gafas de sol, disfraces, o elementos que trastoquen en cierta medida nuestra imagen. No vamos a incluir tampoco a otras personas (ellas no están buscando pareja) ni a niños.
Algunos usuarios nos han comentado que los mensajes de perfiles que no tienen foto los dejan para los últimos, pues prefieren ir dando prioridad a correos de personas a las que pueden ir poniendo cara. En cualquier caso, si poner una foto visible te supone todavía cierto grado de intranquilidad, pero no tienes ningún inconveniente en facilitar fotografías tuyas a quien se las pida, será entonces mejor indicarlo cuando escribas tu correo para que la otra persona lo tenga en cuenta y no te deje en la lista de espera.
En ocasiones no recibir respuesta puede deberse que, o bien nuestro perfil no está completo, o resulta demasiado monótono. Si éste fuera el caso, es mejor terminarlo cuanto antes, para que los otros usuarios tengan más puntos de referencia con los que poder entablar una conversación, o decidir que eres una persona que les parece suficientemente interesante.
Si todo lo anterior está correcto, completado y en orden, y todavía no se obtienen respuestas a los correos, ya no se deberá tanto a cuestiones técnicas, sino personales. Y por personales, en estos primeros contactos, nos referimos al fondo y a la forma del mensaje y/o del anuncio con que nos hayamos presentado. Si tienes alguien de confianza, pregúntale qué pensaría de alguien que leyera ambos textos. Pide sinceridad, pues a veces uno mismo no es consciente de dónde puede estar equivocándose.
Colaboración de Mila Cahue para MeeticAffinity