¿Te enamorarías de ti mismo?

Son  muchas las sugerencias que se hacen respecto a afinar bien cuando se está buscando pareja, especialmente nuestra famosa lista de la compra en la que los psicólogos y terapeutas solemos pedir que se describa hasta el detalle más particular cómo queremos que sea esa persona con la que queremos compartir lo más íntimo de nosotros mismos. Esta herramienta nos permite enfocar mejor nuestro cerebro para conseguir el objetivo que deseamos, pero también puede llegar a convertirse en una primera arma de exigencia respecto al otro, que hay que cuidar que no se convierta en algo que quede próximo a lo irracional.

Una segunda manera de entrar en el círculo de la exigencia irracional respecto al otro es la actitud con la que muchas personas entran en el entorno de Internet, de manera que no solamente esperan, sino que en muchas ocasiones exigen que una persona sea exactamente como ellos o ellas quieren que sea, sin tomarse el tiempo de explorar rasgos que hacen que cada individuo sea ese ser especial, único y merecedor, si no ya de nuestro amor, si de nuestra atención y respeto.

La gran pregunta que se les queda a muchos en el aire es: ¿pero esta persona se ha tomado si quiera cinco minutos para mirarse a si misma?¿qué es lo que está ofreciendo física, emocional, intelectual y humanamente? Gente con sobrepeso mórbido que solamente quiere relacionarse con tallas de modelo; usuarios que no se han tomado el tiempo de estudiar exigen un nivel de estudios que ellos mismos no pueden alcanzar; personas que son incapaces de invitar a un refresco demandan del otro una generosidad inusual.

Probablemente, si tuviesen que seleccionarse a si mismos, nunca sobrepasarían el listón que ellos mismos ponen a los demás.

Proponemos un pequeño ejercicio para los que quieran trabajar algo más en este aspecto (aunque somos conscientes de que nuestras propuestas suelen hacerlas las personas que menos las necesitan pero, eso sí, también sabemos que, más tarde o más temprano, aquellos que trabajan consiguen sus objetivos):

¿Qué destacaría de mi mismo como ser humano? Recomendamos no ser tímido ni modesto. Es bueno reconocer los puntos fuertes, los valores, o los dones con los que uno ha nacido o ha desarrollado a lo largo de su vida. Esto lo vamos a hacer solos, o e compañía de alguien de confianza, así que, adelante…

¿Qué creo que puedo aportar a mi pareja? Muy frecuentemente nos centramos solamente en todo aquello que esperamos recibir del otro: caricias, atenciones, gestos amables, etc., pero no nos paramos a pensar, conscientemente, en todo aquello que nosotros, por nuestra forma de ser, o por el concepto que tenemos de cómo nos gusta vivir en pareja, podemos aportar y que queremos que la otra persona valore de nuestra forma de amarla.

¿Qué hago cada día para ser esa persona de la que (yo u) otro pudiera enamorarse? Otra costumbre errónea es esperar a ser adorable para cuando aparezca esa persona especial y, mientras no está, nos dedicamos a no pulir todas esas facetas de nosotros mismos de las que somos conscientes difícilmente podría enamorarse alguien. Para que el amor de nuestra vida (o el que toque) nos encuentre preparados, lo mejor es practicar un poco cada día. Así, sin darnos apenas cuenta, nos convertiremos en la persona que visualizamos viviendo una experiencia amorosa, y nos evitamos el engorroso trabajo de tener que hacerlo todo de repente o de una sola vez cuando aparezca alguien que ponga nuestra vida y nuestros sentimientos patas arriba.

¿Cómo me va a reconocer (o quiero que me reconozca) esa persona? Todos tenemos una parte de nuestro interior que guardamos y valoramos como un auténtico tesoro, y que queremos que, quien nos ame, lo cuide con el cariño que se merece. ¿Es esa la faceta que quiero que vea el otro en mi?¿o cuándo quiero si es capaz de valorarla?

Ponerse en valor no es una fanfarronería, sino el resultado de atreverse a ser uno mismo y a ser amado por ello.

Colaboración de Mila Cahue para MeeticAffinity