Ya hemos explicado en otras entradas cómo funciona la atención como una de las herramientas mentales a nuestra disposición. Se trata de algo muy eficaz: nos permite, cerrando el foco, atender a lo particular y, abriéndolo, hacerlo a lo general. Pero se trata simplemente de un eficaz instrumento pero que también tiene sus limitaciones: enfocar en algo, significa desenfocar en lo que le rodea. Sin embargo, muchas veces hacemos afirmaciones completamente seguros de lo que hemos visto, apelando a una memoria fotográfica o a una suspicacia que le hace a uno estar al tanto de todo. ¿Es realmente así? Ponte a prueba…