¡Cuanta envidia (de la buena, claro) levantan esas parejas que se miran a los ojos y no necesitan decirse nada más para hacer algo perfectamente sincronizado! ¿Es fruto del azar o de la buena suerte? No, es la simple consecuencia de un grado de intimidad profundo, en el que ambas partes se respetan, se conocen y se apoyan mutuamente.
¿Crees que conoces a tu pareja lo suficiente? Mira a ver si puedes responder a algunas de las sugerencias que proponemos, y haz que tu pareja las conteste después. Después, contrasta las respuestas (también le puedes proponer a tu pareja que lo haga respecto a ti):
– Quiénes son los mejores amigos de tu pareja;
– Qué miembros de su familia son sus favoritos, y a quiénes no aguanta;
– Enumera los problemas principales o que preocupan más a tu pareja en la actualidad;
– Describe al menos un par de sueños o ilusiones vitales que tenga tu pareja;
– Escribe algún sueño todavía no cumplido de tu pareja
– Con qué tipo de caricias tuyas crees que tu pareja disfruta más;
– Qué tipo de caricias crees que tu pareja disfruta más proporcionándote;
– Enumera las cualidades por las que tu pareja te valora especialmente;
– ¿Cuál es la última vez que has visto a tu pareja reirse a carcajadas?
– Si tienes que sacar a tu pareja a cenar, cuál sería su restaurante favorito.
– Llega el fin de semana, qué crees que le apetece hacer a tu pareja
– Con qué ropa se siente más a gusto tu pareja
– Quieres ponerle una canción para que se relaje, ¿cuál sería?
– ¿Qué tarea de la casa es la que más le fastidia a tu pareja?
– ¿Qué le hace llorar a tu pareja?
– Si quieres que tu pareja pase un rato agradable juntos ¿qué le propondrías?
Normalmente, y como consecuencia de este conocimiento, nuestra pareja se convierte en nuestro mejor amigo (o amiga): nos gusta pensar en esta persona cuando no se está juntos, imaginar planes, recordar momentos agradables…
No es extraño que, cuando termina la larga jornada de trabajo, este tipo de parejas estén deseando verse, compartir las experiencias del día, sentirse escuchados, respetados y, si fuera necesario, apoyados en caso de necesitar ayuda o solución a algún problema. O simplemente, supone estar con la persona con la que pueden olvidarse de todo lo anterior y pasar los últimos momentos de una manera distendida, despreocupada y gratificante.
Nuestra pareja se convierte en nuestro interlocutor favorito, nuestro compañero ideal, esa persona con la que todo se comenta en un entorno de confianza y seguridad.
Son muchos los estudios que demuestran que este grado de intimidad es un predictor excelente de la solidez de la pareja y de las probabilidades que tienen de mantenerse en el tiempo.
Una vez más, comprobamos que las relaciones entre dos personas son algo más que esos “flechazos” y momentos apasionados del principio y que, mal que le pese a muchas personas, las relaciones “se trabajan”. Al menos, para que las relaciones duren, y sean de calidad, necesitan de una inversión personal importante, que tiene más que ver con una gestión inteligente de las emociones que con un desbordamiento irracional de las mismas.
Finalmente, la relación acaba siendo el resultado de un minucioso trabajo que se hace, se rehace, se modifica, como una obra de arte con dos firmas, en la que se plasman los sueños, las ilusiones, las habilidades y especialmente la capacidad de amar que tienen, y se tienen, los artífices de dicha obra. Conocerse bien = amarse con arte.
Colaboración de Mila Cahue para MeeticAffinity
Mila Cahue pasa consulta privada de psicología en Centro de Psicología Álava Reyes