El próximo martes 17 de Junio de 2014, a las 12.30 de la mañana, estaré respondiendo a vuestras preguntas en el encuentro digital organizado por el diario ElEconomista.es.
http://ecodiario.eleconomista.es/encuentro-digital/1726/Mila-Cahue-2014-06-17
Actualización 17 de Junio 2014. Y éstas han sido vuestras preguntas y mis respuestas. ¡Gracias!
Es posible hacerlo, pero siempre hay que tener en cuenta el tacto y la consideración hacia los sentimientos, sin olvidar la firmeza hacia la propia decisión. Lo importante es no solamente plantear el problema («ya no te quiero») sino también soluciones en las que se perciba que se han tenido en cuenta a todas las personas integrantes en un contexto determinado. Por supuesto, la otra persona siempre podrá proponer las suyas una vez conozca la situación. No recomiendo apoyarse en parejas externas antes de finiquitar con la que se tiene. Lo lógico es que, cuando uno se da cuenta de que ya no está enamorado, o que se ha enamorado de otro, tomar las riendas de la situación y decidir qué relación se corta. Así el juego es lo más limpio posible para todos.
No hay reglas fijas para el olvido. Depende de la intensidad y de la huella que han dejado, así se tardará más o menos en olvidarla. Pero sobre todo, dependerá del apoyo que se tenga en el entorno y si sabemos distraer nuestra mente con nuevos proyectos. Por lo general, el primer año después de una relación intensa hay que pasarlo: primer cumpleaños sin la otra persona, primeras vacaciones, primera semana santa, primeras navidades…. al año siguiente, ya todo se vive distinto. El cerebro ya ha comprendido emocionalmente, que no racionalmente, que la otra persona ya no está. Y puede mirar hacia adelante.
Está dirigido para todas las personas que quieren saber más sobre el amor y su particular naturaleza, desde uno mismo, hasta el contexto en el que se desarrolla. Es tanto para gente joven que se adentra por primera vez en las relaciones, como para aquellos que ya hayan tenido alguna experiencia no muy agradable, o para los que quieren pulir lo que probablemente ya hacen muy bien.
El tiempo sobre todo es necesario para conocer a la otra persona en todo su recorrido, no solamente en los momentos maravillosos. ¿Cómo reacciona en los momentos de tensión o presión? ¿Sabe dominar su carácter? ¿Es impulsivo o prudente? Es importante saber con quién estamos porque es posible que los buenos momentos sean maravillosos, pero si cuando llegan los difíciles es capaz de estrellar la nave, quizás no merezca la pena hacer ese viaje.
Al principio, minimizar el contacto durante una temporada para poder superarlo. Para poder quedar como amigos, primero hay que dejar que las heridas curen, y para eso hay que dejar que corra el aire. Hay que tener muy claros los límites del territorio que ya no ocupan y no permitirse ni permitir actitudes que ya no corresponden. Y, por supuesto, mirar hacia adelante. Cuando una puerta se cierra, es un error seguir llamando donde nadie contesta.
Se trata de un libro, y corresponde a cada uno decidir si su lectura aporta algo a su vida, y de qué manera.
Tenemos varios temas previstos. Pero se intentará que sea siempre sobre cómo mejorar la calidad de nuestras relaciones.
En primer lugar, es mi ámbito de trabajo, donde desarrollo mi experiencia profesional. Por otro lado, resulta sorprendente la gran confusión que existe sobre lo que es el amor: nos dejamos llevar por la literatura, la filosofía, el cine… pero, desde la psicología, el amor es un sentimiento, con una función muy clara, y que necesita de una respuesta correcta para que resulte la experiencia gratificante que tiene que ser. Además, también ha aumentado significativamente el nivel de maltrato entre parejas adolescentes, y pensamos que era importante que tuvieran claro qué es lo que se debe de admitir en una relación afectiva íntima y que no.
La mayoría piensan que lo que les ocurre es normal en una relación, y que cuando su novio o novia los maltrata, es porque los quieren. Este disparate hay que corregirlo cuanto antes.
Nuestra pareja nos puede comentar con qué aspectos de nuestra forma de ser está cómoda y con cuáles no. Luego nosotros debemos decidir si lo cambiamos o no, pero asumiendo que, si no acabamos de gustar a la otra persona, ésta acabe desencantándose. A veces los cambios sugeridos pueden ser muy buenos, o que nos hagan crecer como personas. Pero si se trata tan sólo para adaptarse a una exigencia irracional, no podemos convertirnos en quienes no somos. Tampoco el otro tiene porqué admitir que «yo soy así» y ya está. Estar en pareja es una bonita oportunidad para crecer, pero no para anularse.
Cada pareja es un mundo, y es importante dejar claras una serie de cuestiones prácticamente desde el principio.
Hay parejas para las que la infidelidad no significa nada. En otras, es una situación que puede darse con el paso de los años por una serie de circunstancias muy determinadas, y probablemente comentadas en pareja.
Cuando la relación se fundamenta en la fidelidad, entonces la infidelidad es una ruptura de un compromiso. Es como si un ingeniero estuviera vendiendo los planos de un coche nuevo a la marca de la competencia. Y, sorprendentemente, cada persona se lo toma de una manera distinta. Unos deciden perdonar, y a otros no les queda mas remedio, por una serie de condicionantes económicos y sociales.
Es muy importante no dar pautas generales para no generar más confusión con este tema. Cada pareja ha de saber lo que quiere, y lo que no, o si en algún momento necesita ayuda profesional.
No puedes obligar a tu familia a que le guste tu pareja. Es tu opción, pero no la de ellos. Otra cosa distinta es si os encontrais fuera de la casa. En ese terreno neutro, es importante no permitir ningún tipo de humillación.
Hay que saber los mínimos de corrección social. Si sabes encontrar ese punto en el que tú no les impones tu elección, pero ellos tampoco te dañan con sus conductas, sería correcto. Sobre todo no pongas expectativas en forzar los sentimientos.
Si tu pareja funciona bien, habrá que tener paciencia para que el tiempo os dé la razón. No es la situación ideal, pero tampoco hay que hacer un drama de situaciones que se pueden llevar, aunque sea con unos mínimos.
A los hijos les afecta el conflicto, no el divorcio. Los padres pueden seguir casados, pero si la vida en el hogar es un infierno, o un témpano de hielo sin afecto, a los niños les afectará sin duda y de diversas maneras.
Sin embargo, cuando la separación se hace teniendo en cuenta el bienestar de todos, no generando conflictos innecesarios y sobre todo no involucrando a los hijos en temas de pareja (las razones por las que se separan los padres es un tema que no les incumbe, y que tiene que solucionar la pareja como adultos sin escudarse detrás de ellos), entonces los hijos vivirán su nueva situación con normalidad. Cómo lo vivan ellos dependerá absolutamente de nosotros. Si dramatizamos, les afectará. Si les apoyamos, relativizamos y normalizamos, entonces para ellos estará bien. Confían en que sus padres, como adultos, sepan hacer bien las cosas.
Por lo general las parejas intentan quemar todos los cartuchos posibles: hay muchos proyectos e ilusiones juntos, y a veces corrigiendo algunas dinámicas de cómo han estructurado su vida, pueden seguir adelante. Pero cuando ya no existe el deseo de hacer feliz al otro, o si nos encontramos francamente mal en la relación habrá que replantearse qué hacer. Pero no vale decir «me salgo» y ya está. Sigue habiendo responsabilidades que hay que compartir y no debemos perder de vista que, al punto al que hayamos llegado, ha sido también obra nuestra. Más que nada para tomar nota y corregir. Cuando una relación se acaba, hay que hablar mucho, plantear bastantes soluciones posibles para que, al final, la elegida, tenga en cuenta el bienestar de todas las personas, grandes y pequeñas, implicadas.
Si eres la ilusión de la otra persona, si te quiere querer, si te atiende, si sabe darte lo que quieres y necesitas para ser feliz, entonces puedo asegurarte que eres su amor. Pero no te olvides de que la otra persona también sea el tuyo, y que tú te encargues de que el otro también sea tu ilusión, que quieras quererlo, que sepas darle lo que necesita para ser feliz, porque si no, la relación no funcionará. En las relaciones de pareja se da y se recibe en términos de reciprocidad satisfactoria, y ambos tienen que sentirse queridos.
Las discusiones son el producto de un malestar mal gestionado. Lo ideal sería que cada uno fuera consciente de qué es lo que le desagrada, y cómo plantearlo, así como encontrar alternativas de solución. En el momento, a veces es mejor no entrar o continuar con una discusión. Pero si se produce con frecuencia, cuando los ánimos estén templados, será importante hablar para que la persona, o los dos, aprendan a identificar lo que les pasa, y lo canalicen correctamente, que no suele ser precisamente en contra de su pareja, sino de alguna manera constructiva. El mal carácter no es genético, se aprende. Y el bueno, afortunadamente, también.
Es posible, pero es algo más delicada. Hay que estar muy pendiente de ella y nutrirla a diario. A parte de los mails o chats, suelo sugerir que, por ejemplo, la hora de la cena se haga juntos, como si estuvierais en casa, y os comentáis qué tal ha ido el día… También se pueden ver películas juntos, el mundial…. e incluso organizar esas cenas románticas con velas y una música especial. Las nuevas tecnologías, para estas situaciones, son un auténtico regalo. No hay que desaprovecharlas.
Esto lo debéis decidir vosotros. Si es vuestro modelo ideal y los dos estáis cómodos, seguid adelante. Si a los demás les parece agobiante, es porque lógicamente es un modelo que ellos no elegirán. Hay parejas que están juntas todo el tiempo pero psicológica y emocionalmente se permiten ese espacio sin atosigar, y ese quizás sea vuestro caso y por lo que os sentís tan cómodos.
Sin embargo hay otras parejas que, a pesar de no estar juntos todo el tiempo, atosigan y controlan con whatsapps, llamadas o mensajes, eso sí, disfrazados de «cuánto te quiero y te echo de menos». Afortunadamente, en el siglo XXI, tenemos muchos modelos donde elegir. Si éste es el vuestro, ¡enhorabuena y os deseo toda la felicidad del mundo!
Plantearos si los que estáis siendo monótonos sois vosotros. Es un momento extraordinario para dejar de hacer lo que quizás en su día os sirvió, pero que ya no funciona; o para empezar a hacer todo lo que tenéis pendiente, pero todavía no habéis tenido tiempo. Sentaros a hablar de nuevos proyectos y nuevas ilusiones. Cambiad también un poco vosotros o alguna actividad que hagáis juntos. En realidad no hay que hacer grandes cosas. Es mejor ir introduciendo pequeños cambios con cierta regularidad. Al cerebro suele resultarle más que suficiente para no aburrirse.
Seguro que tu cuerpo ya te ha dado alguna señal: se te encoge el estómago en algunas situaciones, justificas lo injustificable, le habrás pillado en mentiras de las que luego te crees su explicación… Si vuestra vida gira a su alrededor, si solamente sus proyectos son los importantes, si te pide que des tu la cara en temas de especial relevancia, social o incluso legal…. entonces tus amigas pueden tener razón. Mantén tu corazón a raya (se puede), y analiza un poco objetivamente qué es lo que está ocurriendo. Quizás estés llamando amor a un mero enganche emocional. Pero si estás convencida de que te hace feliz, la última palabra la tienes tu.
¡Muchas gracias! La decisión que ha tomado tu novia lo que denota es que en sus planes definitivamente no entras tu. Al menos a corto plazo. Quizás llevabais siete años, pero no con el compromiso suficiente. En cualquier caso, te puedes plantear dos cosas: ¿no me lo ha dicho porque sabía que iba a ser fuente de discusión? entonces habrá que plantearse cómo manejáis las situaciones conflictivas en vuestra pareja; la segunda sería ¿formo parte de sus proyectos vitales? Quizás, no tanto como tu te pensabas. Si es así, asúmelo y quizás sea el momento de volver a poner sobre la mesa qué es lo que estáis haciendo juntos y para qué. El amor a veces no es suficiente. No obstante, es posible mantener la relación en la distancia. Si os sabéis apoyar mutuamente, lejos de distanciarse, el regreso puede ser la confirmación definitiva de vuestra pareja. Aprovechadlo y creced con la experiencia. ¡Suerte!
Muchísimas gracias por vuestras interesantísimas preguntas. Espero que os hayan aportado alguna solución o que os haya aclarado alguna idea. Estaré encantada de atenderos en el futuro pues he pasado un rato muy agradable con vosotros. ¡Hasta pronto!
Fuente:
http://ecodiario.eleconomista.es/encuentro-digital/1726/Mila-Cahue-2014-06-17