El viernes 15 de Abril he tenido la oportunidad de estar dando una conferencia/taller para los editores clave de revistas científicas y académicas en la península ibérica y latinoamérica, especialmente Brasil. El encuentro, de dos días, tuvo lugar en la Universidad de Coimbra, una ciudad portuguesa que no conocía, pero de la que me traigo una impresión inmejorable: siempre, primero, por la gente, tan especialmente amable y atenta; y segundo, por la historia y la belleza del entorno en el que se encuentra.
Con el Profesor y Organizador del Congreso, Delphim Leao, exquisito en su trato
Tras la cristalera hay unos restos de ruinas romanas, en la misma Universidad, que se ha preservado en su formato original.
En la parte profesional, estuvimos viendo y enfatizando las buenas prácticas editoriales en revistas científicas y académicas. La conferencia/taller era inicialmente de dos horas, pero acabamos haciéndola de tres, por el gran número de preguntas e interés. La gran satisfacción fue comprobar que les había quedado todo muy claro, y que habían aprendido cosas nuevas que desconocían. ¡Bien!
Ruinas romanas de Conimbriga
En la parte turístico/personal, aunque mi intención original era visitar las ruinas romanas de Conimbriga, la lluvia persistente no recomendaba desplazarme hasta allí, así que, siguiendo una sugerencia que me dió el prof. Richard Jenkyns, Catedrático emérito de Literatura Clásica en la Universidad de Oxford, visité la biblioteca joanina: una auténtica joya barroca que quita la respiración.
Biblioteca Joanina de la Universidad de Coimbra
Por cierto, había una exposición extraordinaria, sobre los 400 años de la publicación de El Quijote, y en los sótanos inferiores, tuve la oportunidad de visitar las celdas donde castigaban a los estudiantes…. en aquella época, claro. Ya os podéis imaginar… Yo me imaginé al Conde de Montecristo… 🙂
Y, después, lógicamente, me dediqué a hacerme selfies por todo el entorno de la Universidad que, por cierto, se encuentra en lo alto de una colina de la ciudad de Coimbra, con unas vistas simplemente espectaculares (y con unas calles de adoquines tipo medieval, en formato todavía original, que requieren de un calzado sumamente apropiado…)
Exterior de la Unviersidad y detrás de mí justo la entrada a la Bibioteca Joanina. Aquí se respira historia, arte y cultura por cada rincón.
Y, por supuesto, no os perdáis, si váis, unos buenos vinitos portugueses.
Una ciudad que os recomiendo que incluyáis en vuestra ruta si vais a Portugal.