La gran mayoría de las personas han experimentado alguna vez en la vida la intensidad de un amor de verano y, sin embargo, son pocos los que saben hacerlo perdurar en el tiempo; los que son capaces de pasar de la etapa fogosa y convertirlo en una relación más seria, de las que no se rompen cuando finalizan las vacaciones.
Hemos elaborado un decálogo con consejos sencillos para ayudar a que podamos mantener vivo el amor de verano y hacer que perdure por más tiempo. “No deberíamos nunca desaprovechar la oportunidad para que una relación tan intensa se consolide, si realmente merece la pena”.
“El amor de verano no tiene porqué ser algo pasajero o llegar a ser un mala y tormentosa experiencia, como para muchos. Los amores de verano pueden llegar a ser muy intensos, y depende de cada uno de nosotros el tratarlo con cuidado para encontrar el equilibrio que necesitamos para saber conservarlo después”.
1.- Ajustar horarios. Es decir, no pretender seguir viéndose la misma cantidad de tiempo que durante las vacaciones.
2.- Ajustar actividades. Al regresar a los lugares de residencia habitual, el tiempo se ocupa de manera distinta.
3.- Ajustar expectativas. Los primeros meses de toda relación, sean vacaciones, verano o invierno, no son LA relación, ni la persona que creemos. Lo REAL empieza ahora.
4.- Sorprenderse con el nuevo aspecto. Durante las vacaciones no tenemos el mismo look que durante nuestra vida habitual, pero puede ser incluso más atractivo.
5.- Introducir los cambios de uno en uno. Las nuevas actividades, la nueva gente, las nuevas facetas de la personalidad que hay que conocer, mejor que se puedan digerir e integrar, poco a poco.
6.- Encontrar el equilibrio entre “su vida”, “tu vida” y los momentos a solas. Compartir y poner en la balanza cuánto tiempo dedica cada uno a “sus” cosas e intentar equilibrarlo.
7.- Si se habita en ciudades distintas, mantener un contacto regular. Con las nuevas tecnologías, como la Webcam, incluso se pueden organizar cenas románticas, ver películas juntos, etc.
8.- Ocuparse de los asuntos propios. El otr@ no tiene ahora tanto tiempo para dedicarnos, así que es mejor estar bien ocupado el resto de los momentos que estemos sin la otra persona.
9.- Mantener a raya las ideas irracionales. Los cambios no significan que “me quiera menos” o que “me vaya a dejar”, y hay que verlos como lo natural y lo que toca en esta etapa.
10.- Conservar el mismo sentido del humor y estado de ánimo. No hay nada más terrorífico que el Dr. Jekyll se convierta en Mr. Hyde.
Colaboración de Mila Cahue para MeeticAffinity