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Y llegó, por fin, el gran día. El evento central de este viaje y alrededor del cual giraron los esfuerzos, y también las ilusiones y, sobre todo, la solidaridad y el compromiso de tantas personas. Hablaríamos de cómo gestionar las emociones, de cómo funciona nuestro cerebro (sí, el de todos), y de cómo el saber «pilotarlo» hace que nuestra vida se convierta en un viaje de frustración y desesperanza, o de felicidad y realización.
Pero antes de bajar al desayuno, pemitidme que os presente a mi moño. Un moño hecho con tanto mimo, con toda la pericia de la que soy capaz (que no es mucha, pero una hace lo que puede)… Mi pobre moño, que luego os contaré lo que pasó con él… Aquí está, de un lado, del otro, y de frente…
Pues así de feliz bajaba yo con mi moño al encuentro de todas mis ya amigas de la Fundación Vida sin Violencia, pare recibir a los Dres. Silié y Gómez, y a todos los invitados y participantes, que llegaron a casi 400, en el Salón del Hotel El Embajador de Santo Domingo. Y, de verdad, que el ambiente que se respiraba era de mucha alegría. A pesar de que el día anterior todo el equipo había terminado literalmente «molido», y hasta bastante tarde, allí estaban todas esplendorosas en sus trajes blancos con un pañuelo naranja. ¿Una definición? Simplemente, luminosas.
Con Yanira Fondeur y Rosa Roa
Había que españolear un poco con el abanico. Con Dña. Francia Hernánez, y con el Comité Presidencial de la Fundación y el Dr. José Miguel Gómez Ruiz, Presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.
¡Todo listo para empezar! El acto comenzó con la presentación por parte de la VicePresidenta de la Fundación, Dña. Velkys Zouain de Castaños, seguida de la Presidenta, Dña. Yanira Fondeur de Hernández, mientras los Dres. Silié y Gómez, y yo, escuchábamos atentos a sus amables palabras.
Mientras tanto, el técnico de sonido se acercó sigilosamente por detrás (todo correcto) para colocarme el micrófono-diadema que iba a utilizar durante la conferencia. Ya se sabe: cables por dentro de la chaqueta, pinzas en algún lugar seguro, ajustar el diámetro de la diadema… Manipulación por aquí y por allá… Y, he aquí el momento en el que mi moño, del que os hablaba más arriba….
…. ¡quedó convertido en coleta! Hecho, del que por cierto, no fui consciente hasta que más tarde ví las fotografías, cómo ésta, por ejemplo. Pequeño soponcio que no alteró lo más mínimo lo bien que lo pasamos…:
Como espero poder traeros en breve el video completo de la conferencia, os dejo aquí algunas fotografías de una presentación que, algunos de los que ya habéis asistido a mis charlas y talleres, reconoceréis en seguida, y espero que en este nuevo visionado podáis sacar algún nuevo aprendizaje. Por cierto, empecé, como no podía ser de otra manera, responsabilizando al Dr. Silié, que fue quien me propuso para este acto, de cualquier resultado colateral derivado de ella… «La culpa, si no os gusta, será 100% suya…» ¡Bonita manera de empezar a hablar de la gestión emocional, del cerebro y de tomar las riendas de nuestra vida! ¿no? Pues sí, porque el sentido del humor es la guinda que no debemos dejar de colocar siempre en lo alto del «pastel» de nuestras vidas…:
Allí estuvieron, tal y como prometió, la periodista y terapeuta Ana Simó (con quien habíamos estado el día anterior en su programa de radio), acompañada por su madre; las familias de las integrantes de la Fundación Vida sin Violencia (una auténtica delicia), y los casi 400 asistentes que habían reservado su plaza para este Desayuno por la Paz.
Yo tenía alguien muy especial a quien dedicarle este Desayuno por la Paz, y una de las razones por las que acepté sin dudarlo la invitación de la Fundación Vida sin Violencia. Me encontraba en la República Dominicana, país de origen de las hermanas Mirabal, asesinadas por el Dictador Trujillo. En honor a estas valientes mujeres, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Esto fue establecido en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá, Colombia en el año 1981. (fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Hermanas_Mirabal) Me pareció, por lo tanto, el lugar y el momento idóneo para dedicarle esta conferencia a una tía mía, asesinada por su pareja en el año 1957; a mis abuelos pues, ahora madre, y habiéndome dedicado tantos años a esta problemática, puedo imaginar (sé) el dolor y el sufrimiento por el que pasaron; y, por ende, a todas las víctimas de este sinsentido. Mi querida tía Titas, estas palabras con las que empecé la conferencia fueron, directamente, para ti:
«Somos los herederos de las voces de las víctimas de la violencia de género, y tenemos la obligación, hoy y siempre, de hablar por ellas»
Querida tía, espero haber honrado tu memoria, y el de todas las víctimas de la violencia machista, con este acto en esta luminosa y brillante Fundación. Como tu alma. Como el alma de todas las inocentes. Gracias a la Fundación Vida sin Violencia. De Corazón.
Y también se la dediqué, implícitamente, a mi tía Pique, mi queridísima madrina quien, aunque sobrevivió a este ataque en defensa de su hermana, quedó gravemente herida. A pesar de las cicatrices del cuerpo y del alma, mi querida madrina llevó siempre consigo, hasta el final, esta tierna sonrisa. Una mujer que era todo AMOR. Donde estés, te quiero, tía. Estás cada día en mi vida.
Lo pasamos muy bien. A juzgar por el final de la conferencia, creo que los asistentes también: aplausos, sonrisas, felicitaciones y mucho, mucho cariño. La Fundación nos hizo entrega a los Dres. Silié, Gómez y a mí, de una placa conmemorativa del acto, y luego estuve firmando y dedicando libros. ¡Gracias a todos por haberlos agotado!
No sé si podeis haceros una idea de la enorme satisfacción que sentí en este acto. Muchas eran las razones que se vieron acompañadas por la excepcional calidad humana de las organizadoras. Un tono que se mantuvo, sin descender un ápice, durante toda esta mágica semana…
Luego, descansamos un poco en el hotel. Belén, Alicia y yo nos dedicamos a relajarnos. Aprovecho también para darles las gracias a ellas por haberme acompañado en esta aventura del alma.
Pero el día no había terminado todavía…. Teníamos que preparar aún varios eventos importantes. Entre ellos, la conferencia al día siguiente ante la VicePresidenta del Gobierno de la República Dominicana, en el Salón Verde del Palacio Nacional. Y, antes, había que pasar por la Librería Cuesta, pues teníamos que asegurarnos de que, para este evento, no faltaran libros…
Rematamos el día en el Casco Colonial de Santo Domingo, con una cena en un lugar muy pintoresco y precioso, con música de Juan Luis Guerra de fondo (y ñame ¡cuánto lo echaba de menos!) en casi todas las recetas, y el postre en otro lugar precioso, del que lamentablemente no recuerdo el nombre, pero en el que estaba tocando el saxo un músico, que era para quitar el sentido…. Por supuesto, cantamos y, casi, casi, bailamos…. ¡qué digo! Mildred y yo salimos a ritmo de bachata…. 😀
Pero como la virtud está en saber dónde está el límite, lamentablemente, y con enorme tolerancia a la frustración, pero también con un reenfoque hacia un objetivo que nos hacía mucha ilusión -la conferencia del día siguiente- nos retiramos a descansar…. Pero antes, tendríamos otra visita muy, muy interesante….
(continuará….)